Entendemos por Desarrollo Sostenible aquel que "satisface las necesidades
del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.
Nuestra organización se suma a esta tarea global en busca de garantizar una operación cada vez más responsable en el ámbito social, económico y ambiental de nuestro desempeño.
Nuestro enfoque es lograr la sostenibilidad respecto al entorno ambiental, la salud y el bienestar integral de nuestra gente y las comunidades donde operamos. Del amplio espectro de temas que comprende la dimensión social y ambiental del Desarrollo Sostenible, y con el fin de darle mayor fuerza y solidez a nuestros esfuerzos.
El objetivo al escribir este artículo, es
sensibilizar; brindar conocimientos y compartir una reflexión que vengo analizando
desde hace un tiempo atrás, sobre la aplicación de principios y acciones de
Responsabilidad Social (de las empresas transnacionales y nacionales, asentadas
en la provincia de Huarmey) para buscar y lograr un Desarrollo Sostenible para nuestra provincia, para
una larga convivencia armónica entre la empresa, la comunidad y su entorno
ecológico.
La tendencia actual en el mundo de los negocios,
se concibe que la viabilidad económica de las empresas en este siglo XXI,
no solo dependan de su gestión económica, sino también de su gestión
responsable en aspectos como los ambientales y sociales, dando importancia a la
satisfacción de sus necesidades presentes sin comprometer inequívocamente las
ventajas y oportunidades potenciales del futuro.
En el Perú, el desarrollo sostenible ha sido una
preocupación recién con este nuevo siglo. Antes de esto, poco o nada
hacía el Estado en pos de la conservación medioambiental y social del país. El
contexto económico actual en el que vive nuestro país se debe en gran medida a
la entrada de grandes capitales extranjeros (sobre todo en la gran minería) que
definitivamente ha favorecido al PBI del país; pero, es aquí donde también
nace el problema de adoptar políticas y medidas medioambientales que se ajusten
a llevar un desarrollo sostenible adecuado de nuestros recursos.
Entonces, el crecimiento económico del país depende
casi totalmente de las grandes inversiones mineras, petroleras, de
energía, pesqueras, de capitales extranjeros en su mayoría, y por lo
tanto, buscarán proteger sus intereses. A la inversión extranjera poco o
nada le interesa que el Perú desarrolle una industria nacional capaz de
competir (por ejemplo darle valor agregado a la materia prima).
Lo que le interesa solamente es que se siga
explotando y vendiendo materia prima bruta, depredándose indiscriminadamente
nuestro medio ambiente, y a su vez originando un conflicto socio ambiental en
las zonas de influencias de los grandes proyectos mineros, petroleros y otros.
Por último; generalmente el conflicto ambiental se
vuelve, un conflicto político, porque el Estado decide gobernar a favor
de los intereses del inversionista. Por ejemplo, si a una
empresa minera le conviene secar varias lagunas con tal de acumular capital,
nadie se lo va a impedir, porque está amparada por la Ley del marco
económico de inversión; de lo contrario, si alguien se lo impide, amenaza con
llevarse su inversión a otro país o región, y si se va, lo lamentaremos.
Y si la población reclama, entonces el Estado
declara un estado de emergencia. Esa es una debilidad de un país tan entregado
al mercado como Perú, país que avanza pero con los pies doblados, con problemas
graves socio ambientales a lo largo de las regiones con inversión en proyectos
extractivos, y con el riesgo de un crecimiento que es sostenible en el
papel, pero no en la práctica.
Sobre
el primero de estos consensos los participantes reconocen los avances de los
últimos años, desde la creación del Ministerio del Ambiente (MINAM), la
Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Servicio Nacional de Certificaciones
para las Inversiones Sostenibles (SENACE).
Sin
embargo también concuerdan en la debilidad de estos organismos frente a
regulaciones ubicadas en otros sectores y la vulnerabilidad de las políticas,
sea por su falta de conexión con otras partes del Estado como por la presencia
de lógicas contrarias a las políticas económicas sostenibles en los ministerios
de Economía y Finanzas y de Energía y Minas.
Sobre el
agua, los representantes de los partidos asistentes al foro coincidieron en la
necesidad de incrementar la autonomía de la ANA y resolver los problemas de
reserva, riego y servicio desde una perspectiva de cuenca y ordenamiento del
territorio.
En el
foro se ha constatado un desigual interés de los grupos políticos por el Cambio
Climático. Mientras algunos representantes ponen énfasis en su carácter
transversal como desafío público, otros lo sitúan todavía como un problema
estrictamente ambiental, de modo que se aprecia un escaso interés en los
Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) aprobados por las NNUU en setiembre
último.
Todos los
asistentes han reconocido el desarrollo experimentado por los derechos
ambientales en el Perú y, en esa medida, aunque en distinta intensidad, se han
expresado en favor de la aplicación de la Ley de Consulta Previa así como de
otros tipos de consulta y participación de los ciudadanos en los procesos de
concesión de proyectos de inversión pública y privada desde una perspectiva de
diálogo y respeto de las poblaciones y de la inversión.
Otros dos
elementos que han concitado interés de los partidos es el desarrollo de las
energías renovables aunque se constata vacíos en la legislación y retrasos en
el Estado para ordenar y concesionar los proyectos. Del mismo modo, la
necesidad de producir políticas más eficaces de economía limpia para que esta
opción no sea marginal sino central del desarrollo económico pasa por que el
Estado asuma una actitud más audaz y activa.
¿Qué es desarrollo sostenible?
La más
conocida definición de Desarrollo Sostenible es la que
ofrece la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (Comisión
Bruntland), que la define así: “es el desarrollo que asegura las necesidades
del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para
enfrentarse a sus propias necesidades“.
Por lo tanto, según lo preceptos de las Naciones
Unidas, el desarrollo sostenible se sustenta en tres elementos:
·
Crecimiento económico
·
Conservación del medioambiente
Conservación del medioambiente
·
Bienestar social.
Según este planteamiento el desarrollo sostenible
debe conseguir, que: “La empresa sostenible, representa un marco
de gestión que las lleva a buscar la mejora continua en su
forma de operar, integrando en su actividad diaria y su planificación estratégica,
objetivos económicos, medioambientales y sociales” .
Entonces podríamos entenderlo como un nuevo modelo
de crecimiento y desarrollo empresarial, que permite articular equilibradamente
las dimensiones ambientales, sociales y económicas, que es el desarrollo
generador de valor en el largo plazo.
Crecimiento
económico + conservación ambiental = viable—————-
Conservación
ambiental + bienestar social = vivible o soportable ………….DESARROLLO
Bienestar social + crecimiento económico =
equitativo …………… …… SOSTENIBLE
Este modelo de desarrollo, que denominamos
sostenible, ofrece valores intangibles como reputación corporativa y un
nuevo panorama para las empresas que desean tener éxito como organizaciones,
generando valor en el largo plazo en las comunidades en la que operan.
En este contexto que hemos presentado, buscamos que
las empresas asentadas en nuestra provincia sean conscientes y se
comprometan a que sus operaciones, fomenten el crecimiento económico local y
aumente su competitividad, integrando al mismo tiempo las preocupaciones
sociales y medioambientales de su entorno, en el marco de un compromiso ético,
para aportar así su “granito de arena” al
objetivo de un desarrollo sostenible en este caso de la provincia huarmeyana.
Resultados
sostenibles
Los resultados de esta
encuesta nos hacen notar -con optimismo- que, en el caso del Perú, estamos por
buen camino y que no en vano han pasado 30 años desde que comenzamos a hablar
de sostenibilidad.
Las empresas, así como
los hombres detrás de ellas, han aprendido en este largo camino y son
conscientes de que, a estas alturas, las organizaciones ya no pueden ignorar
cuál es el impacto que sus operaciones generan en la sociedad.
También han aprendido
que resulta imposible no reconocer el valor que agrega a su gestión interna el
mantener vínculos constantes y transparentes con sus diversos grupos de
interés. Solo así podrán enfocar mejor los esfuerzos de desarrollo, mitigar los
riesgos empresariales e identificar nuevas oportunidades de negocio que mejoren
sus resultados económicos y financieros. ¡Se trata del equilibrio perfecto!
Del marketing
a una estrategia empresarial
Nuestra Encuesta
Global de Responsabilidad Corporativa (RC) arroja que, en promedio, el 73% de
las empresas estudiadas tienen un reporte de RC. Por región, la tasa más alta
está en Asia-Pacífico (79%), seguida por América (77%), Europa (74%) y en menor
medida África y Medio Oriente (53%).
En el caso del Perú,
69 de las 100 principales empresas por ingresos cuentan con reporte de RC. Esto
nos coloca en la posición 31 de los 45 países incluidos en el estudio, y un
poco por debajo del promedio global. Considerando que no es obligatorio
presentar el reporte en el Perú, el resultado denota un buen nivel de esta
importante práctica de responsabilidad corporativa.
Si analizamos los
sectores que más reportan su responsabilidad corporativa, en el Perú destacan
minería (13), petróleo y gas (7), construcción y materiales (6), automotor (5),
energía eléctrica (5) y alimentos (4).
En dicha línea, de las
69 empresas que en el Perú cuentan con un reporte de RC, 22 lo hacen a través
de un reporte de sostenibilidad, 20 en la memoria anual, y 27 en ambos. De
estos reportes, el 43% cuenta con un aseguramiento independiente por parte de
un tercero. Este porcentaje es similar al nivel global.
Queda en evidencia que
el desarrollo sustentable va dejando de ser una práctica de márketing y se está
convirtiendo en estrategia y acciones concretas con beneficios tangibles para
las empresas y las partes interesadas en todo su ecosistema.
Las experiencias
recientes en sectores extractivos nos han enseñado que se requiere una
estrategia sería de responsabilidad corporativa, proactividad en las acciones,
transparencia en los reportes de RC, y sobre todo mucha difusión y dialogo. Con
este estudio, esperamos contribuir a seguir construyendo buenas prácticas de
responsabilidad corporativa y sustentabilidad en el Perú.
para el cumplimiento
de los ODS el Perú ya conformó una comisión para resolverlos de una manera
responsable, llevando el Estado a zonas donde históricamente no ha llegado con
el propósito de cubrir con servicios de calidad a la población y fortalecer la
política de Incluir para Crecer.
“América Latina está
pasando por problemas de crecimiento económico, pero el Perú ha continuado
creciendo porque hemos tenido equilibrio y responsabilidad al administrar las
riquezas y hemos implementado políticas inclusivas que antes no teníamos. Por
eso, es un mito que el crecimiento por sí solo es la solución de los
problemas”.
El Jefe del Estado concluyó su participación en el Debate Temático de Alto Nivel sobre el Logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en las Naciones Unidas, sosteniendo que el Perú sigue avanzando en materia de reducción de la pobreza.
“Podemos mostrar cifras concretas de que sí se puede avanzar en el cumplimiento de las metas, pese a que son ambiciosas, pero unidos las podemos alcanzar”.
El Jefe del Estado concluyó su participación en el Debate Temático de Alto Nivel sobre el Logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en las Naciones Unidas, sosteniendo que el Perú sigue avanzando en materia de reducción de la pobreza.
“Podemos mostrar cifras concretas de que sí se puede avanzar en el cumplimiento de las metas, pese a que son ambiciosas, pero unidos las podemos alcanzar”.
Resultados
sostenibles
Los resultados de esta
encuesta nos hacen notar -con optimismo- que, en el caso del Perú, estamos por
buen camino y que no en vano han pasado 30 años desde que comenzamos a hablar
de sostenibilidad.
Las empresas, así como
los hombres detrás de ellas, han aprendido en este largo camino y son
conscientes de que, a estas alturas, las organizaciones ya no pueden ignorar
cuál es el impacto que sus operaciones generan en la sociedad.
También han aprendido
que resulta imposible no reconocer el valor que agrega a su gestión interna el
mantener vínculos constantes y transparentes con sus diversos grupos de
interés. Solo así podrán enfocar mejor los esfuerzos de desarrollo, mitigar los
riesgos empresariales e identificar nuevas oportunidades de negocio que mejoren
sus resultados económicos y financieros. ¡Se trata del equilibrio perfecto!
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