miércoles, 13 de julio de 2016

Desarrollo sostenible en inicio



El sistema económico basado en la máxima producción, el consumo, la explotación ilimitada de recursos y el beneficio como único criterio de la buena marcha económica es insostenible. Un planeta limitado no puede suministrar indefinidamente los recursos que esta explotación exigiría.

Por esto se ha impuesto la idea de que hay que ir a un desarrollo real, que permita la mejora de las condiciones de vida, pero compatible con una explotación racional del planeta que cuide el ambiente. Es el llamado desarrollo sostenible.

La más conocida definición de Desarrollo sostenible es la de la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (Comisión Brundtland) que en 1987 definió Desarrollo Sostenible como:

"el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentarse a sus propias necesidades".
Según este planteamiento el desarrollo sostenible tiene que conseguir a la vez: 
  • satisfacer a las necesidades del presente, fomentando una actividad económica que suministre los bienes necesarios a toda la población mundial. La Comisión resaltó "las necesidades básicas de los pobres del mundo, a los que se debe dar una atención prioritaria".
  • satisfacer a las necesidades del futuro, reduciendo al mínimo los efectos negativos de la actividad económica, tanto en el consumo de recursos como en la generación de residuos, de tal forma que sean soportables por las próximas generaciones. Cuando nuestra actuación supone costos futuros inevitables (por ejemplo la explotación de minerales no renovables), se deben buscar formas de compensar totalmente el efecto negativo que se está produciendo (por ejemplo desarrollando nuevas tecnologías que sustituyan el recurso gastado).


Figura. Fotografia en e analisis
Características de un desarrollo sostenible.

Las características que debe reunir un desarrollo para que lo podamos considerar sostenible son: 
  • Busca la manera de que la actividad económica mantenga o mejore el sistema ambiental.
  • Asegura que la actividad económica mejore la calidad de vida de todos, no sólo de unos pocos selectos.
  • Usa los recursos eficientemente.
  • Promueve el máximo de reciclaje y reutilización.
  • Pone su confianza en el desarrollo e implantación de tecnologías limpias.
  • Restaura los ecosistemas dañados.
  • Promueve la autosuficiencia regional 
 


Antes de la revolución industrial

Durante muchos miles de años el hombre fue cazador y recolector y su impacto sobre la naturaleza fue pequeño. Con el comienzo de la agricultura hace unos 10 000 años comenzó la tala de bosques, no sólo para obtener tierras de cultivo, sino también como combustible y para la construcción de poblados. 

Así se multiplicó la acción del hombre sobre el ambiente y grandes extensiones -prácticamente todo el continente en el caso de Europa- han perdido su cobertura de bosques original.

Ya Platón, en el siglo V antes de Cristo, escribía:

"Lo que ahora queda, comparado con lo que existió entonces, es como el esqueleto de un hombre enfermo. De toda la tierra gorda y suave, tras ser devastada, queda solo el desnudo esqueleto… Hay algunas montañas que ahora no tienen más que comida para las abejas, pero no hace mucho tiempo estuvieron llenas de árboles …"

A lo largo de la Edad Media y Moderna hay noticias sueltas que indican problemas de contaminación . La creciente demanda de madera para la construcción de barcos y para la fabricación de carbón vegetal extendió la deforestación en España y otros países de Europa y ya en el siglo XVII se empezaron políticas de reforestación y conservación de los bosques, aunque muy limitadas y sin repercusión práctica real.

Los cazaderos de reyes y nobles y los lugares de recreo han sido lugares especialmente protegidos a lo largo de los siglos y se han conservado de forma excepcional. Así, en España, los llamados Reales Sitios, como el Monte del Pardo, en las proximidades de Madrid, o los Montes de Valsaín en Segovia, son un buen ejemplo de espacios naturales preservados de esta manera.

La revolución industrial y el siglo XIX. El conservacionismo.

El siglo XIX marca un cambio radical en la explotación de los recursos naturales. La invención de la máquina de vapor, de la electricidad y de diversas industrias químicas revolucionan la vida de los países más adelantados. La explotación de carbón se multiplicó por 46 veces y a mediados de siglo se comenzó el uso del petróleo. 

En la segunda mitad del siglo se formaron varias sociedades, sobre todo en los países anglosajones, cuya finalidad era la protección de edificios históricos, espacios naturales de especial belleza, etc. Son las llamadas "sociedades conservacionistas". En 1864, se creó, en Estados Unidos, el primer parque nacional del mundo, el de Yosemite y en 1872 el de Yellowstone

A finales de siglo se aprobaron varias leyes de control de humos y de emisiones de las fábricas químicas de lejías en Inglaterra y otros países industrializados. También se promulgaron otras que prohibían la creciente contaminación de fuentes y ríos. Eran legislaciones muy primitivas ya que no especificaban las cantidades de contaminantes prohibidos, pero señalan el comienzo de una sensibilidad creciente ante estos temas.

En España, las masas forestales reciben un tratamiento especial a lo largo del siglo XIX, creándose el Catálogo de Montes de Utilidad Pública, que ha tenido gran repercusión en la conservación de algunos bosques.

Primera mitad del siglo XX

Las sociedades conservacionistas siguieron siendo muy activas. En España se aprobó en 1916 la Ley de Parques Nacionales y se crearon en 1918 los dos primeros: los de Ordesa, en el Pirineo de Huesca, y el de Covadonga, en Asturias. 

La ecología se desarrolla en estos decenios, adquiriendo categoría de ciencia.
En Norteamérica las nuevas prácticas agrícolas, junto a unas duras condiciones climatológicas, provocaron una espectacular erosión en las grandes llanuras con la formación de grandes tormentas de polvo que obligaron a abandonar muchas fincas por la pérdida de suelo que se produjo.

Segunda mitad del siglo XX

Al terminar la Segunda Guerra Mundial se dio un fuerte impulso a la creación de Parques Naturales en todo el mundo. 

En la década de los sesenta y setenta el movimiento ambientalista empezó a despertar, para adquirir especial fuerza en los ochenta. En estos años se formaron grupos de notable influencia política - los "verdes"- y los grupos ecologistas tuvieron un aumento espectacular en el número de socios y en los ingresos económicos. 

En estos años se han multiplicado la legislación, el empleo de lo verde como calificativo del consumo, de la publicidad, de la industria, etc., los informes, las declaraciones y los acuerdos medioambientales. 

Miles de leyes y de páginas escritas sobre estos temas indican la importancia que ha adquirido. En los planes de estudio de los distintos niveles de enseñanza se van incluyendo también, aceleradamente, temas ambientales y la educación se ve como una de las herramientas fundamentales para aumentar la concienciación en este campo. 




Figura. Buscando un porvenir

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